Hasta este domingo en la explanada del Centro Cultural Genaro Estrada del ISIC
En representación de la licenciada María Luisa Miranda Monrreal, directora del ISIC, asistió la arquitecto Ana Mariela Landeros, del área de Patrimonio Cultural del Instituto, quien recalcó el interés del área cultural en el Estado por apoyar el trabajo y patrimonio cultural, para que con ello promover y conocer la identidad y tradiciones de los sinaloenses.
Para inaugurar la Muestra asistió Rodrigo Flores Amezcua, director de Turismo Municipal de Culiacán, quien apoyó las propuestas planteadas, asimismo de ofrecerles el espacio que ocupa el Parque Las Riveras para que en años posteriores la realicen ahí; de igual forma felicitó a los escuinapenses por su disposición de promover sus costumbres, su cocina, su identidad.
José Cruz Betancourt, presidente de la Asociación de Escuinapenses radicados en Culiacán habló a nombre de sus paisanos, que agradeció al Gobierno del Estado a través del Instituto Sinaloense de Cultura la disposición por facilitar las instalaciones y la promoción que se le hace a esta muestra, “queremos darle las gracias a la licenciada María Luisa Miranda por su interés de promover la cultura y tradiciones de EScuinapa, pidiéndole además que continúe apoyando esta en años siguientes asimismo pidió su respaldo para institucionalizar la Muestra Gastronómica para que perdure por muchos años”.
“Los escuinapenses nos encontramos muy contentos y orgullosos de mostrar nuestras tradiciones, promover nuestra cultura a Sinaloa y porqué no a México y al mundo entero lo que somos y lo que hacemos”.
El programa de actividades inició ayer viernes 11 desde las 12:00 horas, con la apertura y venta de productos, con la presencia de 17 artesanos y productores de ese municipio, en la explanada del ISIC; y a las 17:00 horas se presenta la Compañía Estatal de Teatro de Calle, para proceder al acto formal de inauguración a las 18:30 horas.
Hoy sábado 12 de noviembre, a partir de las 10:00 horas, continúan las actividades con la exposición y venta de productos elaborados en Escuinapa, como son los tradicionales tamales barbones de camarón, paté de camarón, tegüino, nieve de garrafa, el ancestral platillo tixtihuil (platillo de camarón, que viene desde la época prehispánica), tacos dorados de camarón, barcinas rellenas de camarón seco, sillas, huaraches, mango deshidratado y otros.
A las 16:30 horas se presenta el Payaso Chechín con un espectáculo lleno de humor y sana diversión, y a las 17:00 horas se presenta la Danza del Venado, a cargo de Leonardo Yáñez, y a las 18:00 horas, se presenta el cantante escuinapense Nelson Uriel, “La voz del momento”.
El domingo 13 de noviembre, desde 10:00 horas, inicia la exposición y venta de productos, para abrir a las 16:30 horas, con la rifa de un Juego de Sala de Palma modelo estilo Escuinapa y de tres días y dos noches en la Villas María Fernanda, de Teacapán.
A partir de las 17:30 horas, se ofrecerá un concierto de la Banda Sinfónica Juvenil del Estado de Sinaloa, bajo la dirección del maestro Baltazar Hernández Cano, para proceder después al acto de clausura.
¡Jubilosa noche con la Orquesta
Sinfónica Infantil Juvenil de México!
Enloquece el público con el cuidado programa y con tres encores fuera de serie160 músicos y 5 directores navegan de los clásicos al mambo y el danzónUna noche jubilosa, plena de optimismo y de fe en el futuro, y en la que se le ennegrecieron las canas al más anciano, fue la que disfrutó el público que asistió la noche del viernes al Teatro Pablo de Villavicencio para escuchar a la Orquesta Sinfónica Infantil Juvenil de México (OSIM), con un programa en el que, sin demeritar nada, lo más aplaudido fueron los encores.
Integrada por 160 niños y jóvenes de los 31 estados del país (cinco de ellos de Sinaloa), lo más granado de 66 orquestas, bandas, cameratas, ensambles y otras agrupaciones sinfónicas, la Orquesta fue dirigida alternadamente por cinco jóvenes directores que ya no son una promesa sino una realidad.
La OSIM ofreció desde el principio un programa integrado, en su parte formal, con tres de las más grandes piezas orquestales de todos los tiempos, accesibles, brillantes y fácilmente digeribles aún para los más neófitos, despertando en ellos el más impetuoso deseo de volver a probar.
Para abrir boca, Marcos Escalante, de la ciudad de México, dirigió con garra y precisión la famosa obertura “Poeta y campesino”, de Franz von Suppé, una pieza que han interpretado hasta nuestros mariachis, y al final fue ampliamente aplaudido junto con la Orquesta, por el público que llenó la sala.
Luego, la joven veinteañera Esperanza Velasco, de la ciudad de México, dirigió los cinco movimientos del “Capricho español” del ruso Rimsky Korsakov, una pieza luminosa y alegre –como la mayoría de las que recrean el folclor español–, y lo hizo con lucidez, energía y contagiando optimismo.
No hubo intermedio, y la pieza más larga, la memorable “Sinfonía No. 5 opus 64 en Mi menor” de Tchaikovsky, fue dirigida alternadamente tres directores más: Manuel Piñera, de la ciudad de México, que se vio como un mago armado solo con su varita mágica, transmitiendo pasión a los músicos y estos al público, arrancando oleadas de sonidos y acordes en el primer movimiento, “Andante- allegro con ánima”.
El joven poblano David Pérez Olmo, tuvo a su cargo el hermoso segundo movimiento y el inquietante tercero, para después ceder el pódium al primer violín y director, de Tijuana, Jacob Tapia, con sus 19 asombrosos años, para cerrar con un tempestuoso cuarto movimiento final, andante y majestuoso, que alzó en vilo los corazones y mantuvo expectantes a los asistentes, con el aplauso siempre a punto de estallar.
Con eso hubiera bastado para tener una noche de gloria, pero ante un público de pie, celebrando el talento y la enjundia, la sucesión de encores no se hizo esperar, y fue con mucho la parte mejor, por la plena comunión lograda entre los músicos y el público, la participación de este, y la informalidad en la ejecución de las piezas.
La fiesta empezó con el “Danzón No. 2” de Arturo Márquez, cadenciosa y sabrosa, con la dirección de Piñera; para seguir Esperanza de Velasco con una selección de mambos de Pérez Prado en la que los músicos, como se dice popularmente, “se descacharon” bailando las piezas, haciendo musarañas, gritando los ocho tiempos del Mambo No. 8 y repitiendo con el público el grito característico del inmortal “Cara de foca”: ¡Aáh… up!”
Fue la locura, que continuó con Marcos Escalante dirigiendo “La polca del relámpago y el trueno” (del trish y trash) de Johann Strauss, demostrando que la música de concierto no es una vaca sagrada y que fue creada para divertir y para hacer feliz a la humanidad.
¡Maravilloso mundo nuevo, expresado con sonidos jubilosos, cargados de optimismo, con jóvenes directores y músicos –los mejores de México—que nos permiten augurar que el futuro musical de México está ya asegurado, y que es cierta la esperanza de que será mucho mejor porque el relevo ya está aquí!
Todos estuvieron bien, pero como muestra de cómo Sinaloa está aportando con mucho a ese futuro promisorio, vale la pena mencionar los nombres de los cinco músicos sinaloenses que, este año, fueron seleccionados para participar en la 19ª Gira Nacional de la OSIM: El chelista Diego Pineda Pineda; la flautista Itzairis López Inda y su hermano el clarinetista Hedrick Fernando López Inda; y el oboísta José Francisco Amaya Lizárraga.
Y también la noticia, dada a conocer por la directora general del ISIC, María Luisa Miranda, de que ya están en marcha los trabajos de creación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Culiacán y la de Los Mochis, de los cinco que operarán en el Estado.