Carne de caballo en comidas pone a sudar a la UE

Los gobiernos de los paises de la UE tambien deberan realizar al menos cinco pruebas en mataderos para identificar en la carne de caballo la eventual presencia de fenilbutazona. Bruselas – La Unión Europea «inmediatamente» iniciará una serie de pruebas ADN para identificar carne de caballo en platos preparados supuestamente con vacuno en todos sus países, informó hoy aquí el comisario de Política de Consumo, Tonio Borg.

El Comité Permanente de la Cadena Alimentaria, formado por expertos de los 27 países miembros de la UE, tomó la decisión a raíz del escándalo de la semana pasada con la descubierta, en principio en Reino Unido, de carne de caballo en hamburguesas y lasañas vendidas como si fueran cien por ciento de res.

Más de 2,000 muestras de alimentos fabricados con carne identificada como de res serán sometidas a pruebas de ADN, variando entre 10 y 150 pruebas por país.

Los gobiernos de los países de la UE también deberán realizar al menos cinco pruebas en mataderos para identificar en la carne de caballo la eventual presencia de fenilbutazona, un anti-inflamatorio conocido como «bute» que es potencialmente dañino para los humanos.

Esos controles se realizarán en la proporción de una muestra para cada 50 toneladas de carne.

Los análisis se llevarán a cabo durante un mes, que podrá ser prolongado por otros dos, y los resultados deberán estar listos a mediados de abril próximo.

No se ha revelado el costo del plan, que será cofinanciado por la Comisión Europea (CE).

Borg aseguró a los consumidores europeos que «se hará todo a nivel de la UE para restaurar la confianza en los productos de nuestros mercados lo antes posible».

Hasta la fecha, se sabe que al menos trece países europeos han sido afectados por el fraude, que implica una extensa red de intermediarios en diversos países de la mancomunidad.

Según las primeras informaciones que han podido confirmarse, la carne de caballo habría sido adquirida de productores en Rumania por comerciantes de Holanda y Chipre, que la vendieron posteriormente a empresas de procesamiento en Reino Unido y Francia.

Éstas, por su parte, revendieron el producto a redes de supermercados y fabricantes de platos preparados que fueron comercializados en al menos 13 países de la UE, además de Noruega y Suecia.

La principal acusada es la compañía francesa Spanghero, que habría vendido unas 750 toneladas de carne según de res sabiendo que era de caballo a la también francesa Comigel, que empleó el producto en más de 4,5 millones de platillos vendidos a 28 empresas de toda la UE.

El gobierno francés suspendió la víspera la licencia sanitaria de Spanghero y amenazó con denunciar a sus responsables, que podrían ser condenados a dos años de prisión por fraude.

La compañía se defendió de las acusaciones afirmando que acreditaba que toda carne comprada era de vacuno.


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