Dos años de residencia en Ciudad de México fueron suficientes para que Cecilia Angulo aprendiera de la gastronomía de ese país. Por eso, a su regreso, decidió abrir -a pocas cuadras del parque de la 93- el restaurante de comida mexicana urbana Distrito Federal.
“Nuestra comida es la típica tradicional que se encuentra en cualquier esquina de México. Lo que tratamos de hacer es brindar sabores lo más cercanos posible a los del D.F.”, cuenta Cecilia Angulo. Un plato infaltable dentro de la carta es la sopa azteca, hecha a base de tomates asados, caldo de pollo natural y crema de leche, con pequeños trozos de queso y aguacate.
Está aromatizada con epazote, una hierba propia de la cocina mexicana usada desde la época prehispánica. Cuesta 6.900 pesos y con pollo, 10.900 pesos. Pero el plato estrella, según Angulo, son las tortas. “Las famosas del Chavo del Ocho “, comenta, en medio de risas. Son preparadas en pan tipo bolillo, crujiente, y cubiertas con fríjol refrito. Pollo, carne de cerdo, res y camarones son las opciones con las que se pueden rellenar. Cuestan entre 12.000 y 18.000 pesos.
Los burritos, aunque no hacen parte de la gastronomía mexicana tradicional -son, más bien, una fusión tex-mex -, están incluidos en la carta. Esto, por solicitud de los mismos clientes. Otra opción son los alambres, que son pequeños pedazos de la carne que el comensal elija, preparados a la plancha, con pimentón, cebolla y queso fundido. Traen tortillas de harina para rellenar con totopos, fríjol, guacamole y sour cream, además de la carne. A Distrito Federal lo ambientan las rancheras. Tostadas de tinga de pollo, con salsa a base de tomate y pimentones asados. Trae totopos, a 10.900 pesos.
REDACCIÓN CULTURA Y ENTRETENIMIENTO